lunes, 4 de mayo de 2009

El boleto (VIII)

.
.
Cinco y media de la madrugada. Benigno observaba las olas nocturnas del océano a lo lejos, allá abajo, desde su apartamento en el doceavo. Su mente insistía en darle vueltas perezosa y confusamente a la extraviada noche con la profe. Bostezó, preocupado por su laguna mental.
-Déjalo ya -se ordenó.
La verdadera causa de estar en pie a tan tempranas horas era su intención de ojear con calma el flamante ejemplar de Educación para la Ciudadanía que se había agenciado, comprándolo, el día anterior.
Olió el café y se lo sirvió con la intriga rondándole la mente.
Sentado en la terraza abrió el libro por fin ante sí.
Soy persona. Vivo en sociedad. Tengo derechos y deberes.
Se detuvo un momento, dio un sorbo y continuó leyendo el índice de temas.
Soy demócrata. En una sociedad plural. En un mundo global.
Benigno sonrió, divertido y asombrado.
-¡Qué pollada! Y ¿esto es todo? -se dijo entre risas, y tras apurar el café, llevó la taza a la cocina, se hizo con un taco de folios blancos y se dispuso a confeccionar el esquema del tema uno. Soy persona.
-Según la leyenda, en el templo de Apolo en Delfos existía una inscripción que decía: Conócete a ti mismo -leyó en voz alta.
.
.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta. La empezaré desde el inicio,