
El auge de la novela negra de los últimos años tendrá sus cosas
malas, seguro, pero son superadas, y con creces, por las consecuencias
positivas. De entre estas, hay que subrayar la apuesta de ciertas editoriales
por rescatar del olvido joyas que por una razón u otra no fueron reeditadas en
su momento y son hoy en día muy difíciles de encontrar. Es el caso de El
arrecife del escorpión, novela de Charles Williams, escrita en 1955 y
recuperada ahora por Medianoche Editorial. La portada (de Josevi Blender)
y el prólogo de esta edición, del escritor, guionista de cómics y cineasta
Hernán Migoya, son ya un avance de lo mucho –y bueno– que nos espera. Afirma Migoya
ser “casi con seguridad la persona que más sabe en todo el mundo sobre el
extraordinario escritor texano Charles Williams”. Para comprobar tal afirmación
habrá que leer la biografía que en 2001 escribió el autor de Ponferrada: Charles
Williams. La tormenta y la calma (Ediciones Glenat).
La lectura de El arrecife del escorpión nos confirma la
idea de que, ya desde los clásicos, el género negro es extremadamente flexible,
y por ello, capaz de absorber e incorporar elementos de diversa procedencia
para hacerlos suyos. Y es lo que nos ofrece, de manera ciertamente original, El
arrecife del escorpión: aventura,
amor, ansias de libertad. El mar como un protagonista más. Y todo ello, sin
perder un ápice de las características de un auténtico hard boiled y con una
trama consistente, trabajada al detalle:
La novela se inicia con el descubrimiento de un balandro a
la deriva sin pasajeros ni tripulación. En su interior, una cafetera aún tibia delata
que hace menos de una hora aún había alguien allí. El cuaderno de bitácora
contiene mucho más que información náutica. En él nos narra la historia, en
primera persona, Bill Manning, buceador profesional y escritor aficionado.
Manning acepta el trabajo que le ofrece Shannon Macaulay, la bella y joven
esposa de un agente de seguros: tripular un barco para poder cerrar un negocio
lucrativo. La oportunidad de comprar el balandro con el que sueña desde hace
tiempo, el Ballerina, está al alcance de su mano, pero Manning intuye que no se
le ha explicado toda la verdad y que quedan cosas por aclarar. Cuando aparece
una banda de gánsteres dispuestos a matarle, Bill Manning comprenderá que se
halla inmerso en un juego muy peligroso…
Como apuntábamos, sustentada por una trama perfectamente
enlazada (giro tras giro hasta la maravilla final) y los componentes del hard
boiled –violencia extrema, asesinatos, acción, ironía–, la novela de Charles
Williams va más allá y los adereza con diferentes atmósferas: la ciudad
portuaria, los muelles, y, como colofón, el asfixiante escenario de un balandro
en el Golfo de México, donde el esmerado dibujo de los personajes alcanza su
mayor definición. El autor juega magistralmente con los cambios de ritmo y
parece dejar los vaivenes de la historia y su resolución en manos del océano,
del balanceo de las olas y las mareas.
Majestuosa novela. Bon voyage…
Charles Williams, (San Angelo, Texas. 1909 - 1975) fue uno de los grandes autores, junto a Jim
Thompson, Ross Mcdonald o Chester Himes, de la segunda oleada de novela negra
americana. Es autor de Hill Girl, Calma total, El arrecife del
escorpión o Labios ardientes. Sus libros se vendieron por
millones en los años 50 y 60 y han sido adaptados al cine, entre otros, por
Orson Welles o François Truffaut. Tras la muerte por cáncer de su mujer y la acumulación
de deudas, se sumió en una profunda depresión que le llevaría al suicidio.