jueves, 27 de junio de 2013
Revista 'Nueva Grecia', número 3.
Os invito a leer el número 3 de la revista Nueva Grecia, en el que aparecen tres poemas de mi cosecha.
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Nueva Grecia,
POESÍAS
viernes, 21 de junio de 2013
'GuernUCA'. Cádiz. (21. 06. 2013)
Manifiesto de GUERNICA SOCIAL en defensa del Sistema Público:
KILL LIES ALL- ¡NO MÁS MENTIRAS!
(EL GUERNICA SOCIAL)
La pintura no está hecha para decorar las
habitaciones.
Es un instrumento de guerra ofensivo y defensivo
contra el enemigo.
(Pablo Picasso)
En 1937 la población de Guernica fue devastada por
el bombardeo llevado a cabo por la Legión Cóndor Alemana y la Aviación
Legionaria Italiana. Picasso pintó el famoso lienzo que lleva el mismo nombre, conmemorando así el sinsentido de aquella masacre.
En 1974, el artista iraní Tony Shafrazi, en protesta
contra la intervención militar americana en Vietnam, hizo una pintada sobre el
cuadro de Picasso con una frase que podría cambiar el mundo: Kill lies all. No
más mentiras. Era su forma de luchar contra el imperialismo norteamericano y
las falsedades que éste llevaba aparejadas.
En nuestros días, ha estallado una crisis homicida y
la ciudadanía está convirtiéndose en víctima de otro tipo de bombardeos, los de
las legiones de Merkel y compinches.
Sus bombarderos sobrevuelan impunes nuestras
ciudades. De tal manera que otras bombas no menos dañinas que las de 1937 están
alcanzando los pilares de la Justicia y de la Igualdad. Otras bombas igual de
culpables que las de entonces hieren de muerte a la Información. Caen la
Investigación y la Ciencia. Otras bombas vulneran el legítimo derecho a la
Vivienda. Son bombas que quieren ahogar los gritos que profieren los Empleados
Públicos. Metrallas de recortes y de despropósitos se llevan por delante la
Educación y los Servicios Sociales. La Sanidad desfallece, mutilada. La
Cultura, la Solidaridad, son presas de las llamas. La Opinión agoniza en el
fragor de la nueva masacre. La Dignidad, el Empleo, se consumen, pasto de la
barbarie. Las Pensiones, debilitadas, son incapaces de sobrevivir en tan
dantesco escenario.
Ahora, en nuestros días, queremos conmemorar el
sinsentido de la matanza de Guernica y, al igual que hizo el artista iraní
Shafrazi en 1974, volvemos a recordar al mundo que podemos gritar: ¡NO MÁS
MENTIRAS!.
Porque es mentira que los funcionarios tengan la
culpa de la crisis.
Porque es mentira que no haya dinero.
Porque es mentira que la solución sea privatizar el
sector público.
Porque es mentira que sea necesario recortar las
prestaciones sociales.
Porque es mentira que haya que eliminar puestos de
trabajo.
Porque es mentira que haya que congelar los sueldos.
Porque es mentira que los empleados públicos sean
poco productivos.
Porque es mentira que no se pueda mantener el
sistema de pensiones.
Porque solo pretenden desmantelar el Estado del Bienestar con la excusa de la crisis.
POR ELLO GRITAMOS TODOS: ¡NO MÁS MENTIRAS!.
Todas estas mentiras son las que lanzan,
despiadados, los bombarderos de Merkel y sus secuaces. Son las mentiras con
las que, por su propio interés, tratan de asfixiarnos. Asfixiarnos a todos,
seamos o no empleados públicos.
Por eso ahora, en nuestros días, pintamos sobre este
otro Guernica de témpera y cartón la frase que puede cambiar el mundo:
¡NO MÁS MENTIRAS!.
(Miren AQUÍ)
¡NO MÁS MENTIRAS!.
(Miren AQUÍ)
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viernes, 14 de junio de 2013
'Paraíso Sur', de Marina Anaya
En el Mercado Central de Cádiz (hasta final de año):
Fotografías: jose rasero
'Paraíso Sur', de Marina Anaya.
También en: Galería Benot. Cádiz, España. 13 Junio – 15 Agosto, 2013
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Fotografía,
Obras no propias.
miércoles, 5 de junio de 2013
'Ernesto quiere llamarse Bram...'
El improvisado combo musical había concluido un
primer pase repleto de distorsiones, pinceladas de blues, baladas clásicas y pop
cañero, y sus cuatro miembros se desparramaban ahora entre
un público entregado y cómplice. El
barman atendía sonriente y saludaba a todos en nombre de la paz mundial.
Sala malecum, malecum sala.
Aquella
noche a la guitarra de la banda había tocado un músico callejero al que todos conocían como
Gipsy, un catalán agitanado de cuarenta tacos que llevaba cosa de dos
semanas en la ciudad. Gypsy, nada más terminar la actuación, se pegó directamente como una lapa a Ernesto, un cincuentón delgado de cara afilada, amante de la música, del jazz, de los instrumentos de viento, a
quien conoció hacía un par de
noches, en aquel mismo lugar. Durante aquella primera velada, en cierto momento de la conversación, este le contó con emoción y detalle que vivía en un ático y que, dentro, tenía una verdadera joya.
-Casi
duermo con él… -había bromeado.
Se trataba
de un saxo soprano de plata, ya de por sí de gran valor. Pero lo que hacía del instrumento algo realmente único y convertía su valor en inestimable era su impresionante biografía. Tendría cerca de cincuenta
años, o más, durante los que había pasado,
entre otras -y había documentos que lo demostraban-, por las manos de Pedro
Iturralde o Jorge Pardo.
El rostro
de Gipsy, moreno y asombrado, quiso saber más sobre aquella alhaja.
-Mira, hoy
por hoy, aparte de los músicos... que los hay a patadas, pero esos no cuentan… porque son unos
muertos de hambre… bueno, tú me entiendes... o mejorando lo presente... yo qué sé... pues hay coleccionistas
que pagarían una burrada por él… hasta cinco mil euros, loco…
Estas palabras las había pronunciado Ernesto hacía dos noches, y ahora él y Gipsy se
hallaban de nuevo frente a frente en uno de los
veladores de mármol con pies de hierro que se esparcían a lo largo del
local. Gipsy -que lo había invitado a venir al primer pase- se
esforzaba en retenerlo fuese como fuese a su lado.
No podía permitir por nada del mundo que Ernesto regresara, todavía, a su ático.
-Vamos, hombre,
si es temprano, las doce y diez, tío, quédate... al menos hasta que empecemos el segundo pase… Otra copa,
va...
Y la verdad, Ernesto
se dejaba convencer sin dificultad alguna, más bien encantado, a
base de combinados de ron. Bajo un sombrero trilby
de cuero negro y con su cuarto combinado por delante, como aparecido mágicamente sobre la
mesa, Ernesto hablaba a Gipsy con voz
de estropajo:
-Echo en
falta el humo…
-¿Qué humo?
-Pues el
humo, el humo… los cigarros, los puros, los porros, la gente fumando…
-¿Y eso?
-El jazz
hay que escucharlo con humo… con mucho humo…
poca luz… ruido de vasos… gente tosiendo… yo qué sé… todo en blanco y
negro, loco…
-Nosotros
no hacemos jazz… y además… yo prefiero tocar con el aire bien limpio… o al aire
libre…
-¡Bah! –exclamó
Ernesto golpeando con fuerza el mármol con un puño.
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