Aquella tarde de súbita neblina el andén se hallaba repleto de una multitud
variopinta y agitada. Las gentes, sus equipajes, partían hacia sus soledades o
retornaban a sus compañías, se tropezaban, sonreían, suspiraban y —llevados por
la urgencia— perseveraba cada cual en su empeño. Las vacaciones de Navidad
habían comenzado.
Continuar en CaoCultura
2 comentarios:
El fragmento llama a seguir la escena...
Es mi malvada intención ;) Abrazos
Publicar un comentario