jueves, 30 de marzo de 2017

(z)

Opcional
es escribir un poema.

Como la gamba roja o
la lata de berberechos
oculta allá,
en el horizonte
del frigorífico.

Opcional es
leer poesía.

Y la cebolleta,
en ocasiones.

Ser besugo -según- es opcional,
como hacerlo al horno,
o a la plancha.
O picarlo todo cual robot
y crear una ensalada de dedos
opcionales.

Tan ricas son las opciones.

Pero a veces,
¡hay veces¡,
que
solo una es
-debiera ser-
la opción.

Con lo cual, no hay opción.
Hay luz.
O te la apagan.


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