lunes, 5 de abril de 2010

23 - Un sentimiento pernicioso




Arrepentido, ya tarde, de haberse sentado justo frente a la escena erótico-gastronómica, se vio asaltado sin aviso por una acometida en toda regla de sus crónicas ideas aciagas, lo más parecido a que un gran valle de soledad y silencio  se pose sin más sobre uno, lo posea, con las inclinaciones autodestructivas acechando en la retaguardia, tras un bosque de turbios ramales.
Como un océano de inmensa tristeza precipitándose cual catarata la parte oscura lo envolvió por completo, en esta ocasión junto a un sentimiento añadido e ignorado hasta el momento, más pernicioso y destructor, si cabe, que cualquiera otro. Una emoción que le había sido ya inoculada, y que había comenzado imparable sus devastadores efectos.
Badián sentía celos.
Ajena a tal hecatombe, y acompañada de los demás pacientes y su coro de voces y sonidos claros del amanecer, entró en la sala la enfermera llamada Laura, que se dirigió rauda a su mesa para servir el desayuno a los holgazanes.
Por su parte, don Jenaro y Zoe ocuparon su mesa habitual, hablando de costas e indemnizaciones, mientras el joven yonqui se sentaba a la derecha de Badián y el gánster con su amigo tomaban posiciones en frente, junto a Laslo.
Badián, hundido absolutamente en los abismos -lance este que no le impedía admirar con gran suplicio la belleza fresca e inalcanzable de Rubí, justito frente a él, apenas a medio metro de él, tan cerca de él que conseguiría tocarla con solo extender levemente su mano- sin poder hacer nada por remediarlo, habló.
-…tengo miedo de verte necesidad de verte esperanza de verte desazones de verte tengo ganas de hallarte preocupación de hallarte certidumbre de hallarte pobres dudas de hallarte tengo urgencia de oírte alegría de oírte buena suerte de oírte y temores de oírte o sea resumiendo estoy jodido y radiante quizá más lo primero que lo segundo y también viceversa…
El silencio que prosiguió a estas palabras, trabado, incómodo, de policías o ángeles exterminadores, lo rompió el joven yonqui, que, girándose  hacia Badián y con sorprendida expresión, comenzó a hablar, mirándolo a él y a los demás sucesivamente.
-Eso es Benedetti… ¿Por qué recita a Benedetti? ¿Qué le pasa a este tío? ¿Cómo se pone a recitar a Mario Benedetti, así, por las buenas?... ¡Es una maravilla!, ¿no creen? ¿Lo han oído?
-Nos salió poeta… -comentó Laslo, no sin cierto desdén, divertidamente desconcertado.
A su lado, Rubí contemplaba a Badián con enormes ojos de asombro, casi como descubriéndolo. Podría decirse que quizá lo hacía por primera vez, en realidad. Verlo. Más allá del pelaje de  su rostro.
-¿Qué poeta? En todo caso un lector, un rapsoda, un recitador, un declamador, un trovador, un juglar, un cantor, pero no un poeta… Mírenlo, se está poniendo como blanco…


*: para facilitar la lectura, e ir desde el principio hasta lo último publicado, a la derecha tenéis un enlace en el que podréis leer, releer, subir o bajar con mayor facilidad. Haced clic sobre la imagen justo encima de: "Donde se cuentan las ocurrencias..."


Foto: jose rasero

10 comentarios:

Pluma Roja dijo...

Continúo, vendré el próximo martes.

Saludos cordiales,

Hasta pronto.

Belkis dijo...

Bueno bueno bueno, quizás el curso de los acontecimientos de un giro de 180º ahora, porque no hay cosa que enamore más a una mujer que un poeta o declamador o recitador o ... Ello denota un alma sensible y las mujeres somos muy dadas a dejarnos arrastrar por la corriente y el fuego de la llama ardiente de un ser que deseborda sentimientos. Me gusta, me gusta...
Besitos José y espero con ansias la continuación.

Soledad Arrieta dijo...

Va moviéndose la historia, me gusta, no se estanca, crece a cada capítulo un poco más.
Sigo felicitándote por lo mismo, José, hasta que te canses de leerlo.
Cariños!

Felipe Medina dijo...

La historia va girando y creciendo.Cada capítulo nos incitas a seguir esperando uno nuevo

Un fuerte abrazo

Agustín Molina dijo...

Un cantor cubano, Vicente Feliú, tiene una canción que dice "siempre que me hace falta, Benedetti me echa un cabo"... si lo sabrá Badián!!

Zayi Hernández dijo...

Dicen que cuando hay celos, hay amor...siempre he sido de las de tragarse los celos y no demostrarlo ( aunque siempre hay algo que sobresale), ¡pobre Badián!... celos y Benedetti juntos es una suma que tiene como resultado la nostalgia.
Muy bueno.
Un besito.

Cris dijo...

La última frase la dice Rubí? Si es así se está haciendo la dura.

Besitos.

Bruni, Carla, ¡¡of course!! dijo...

¡¡pero niño!! esto es muy bueno!!!

y como diría un amigo... ainnnsss.

¡¡MUAKKK!!!

josé rasero dijo...

Besos y abrazos a tod@s, y muchísimas gracias!!!

(Cris, la última frase es del "yonqui", del que sabremos mucho más el próximo martes...)

Mtx dijo...

¡Ole! por BAbian, asi se hace, mejor decir lo que uno lleva dentro que sufrir por guardarlo, ahora le toca a Rubi
Besos