jueves, 16 de abril de 2009

Panorama mío

Lápices cual océanos insondables
penetran
el ordenador
con impulso de mis dedos,
amantes en celo.
.
La mesa negra: un juicio
complejo, permanente,
amontonado en su caos,
objetos pensantes sobre el negro de mis letras
-mudos a la música-
.
Y el tiempo un desgarro
de folios
y alcalinas,
que encienden barritas de mandos
ahora en tregua.
.
En otro ámbito es la fauna
congelada quien habita.
Restos de sudorosa vajilla
anhelan de sed,
y fuego de gas
en círculos
inhalo,
absorto,
con pan frente a imágenes.
.
Pinzas de prendas mojadas
es el mundo allá afuera, una silueta blanca.
Una torre incrustada en el cielo.
Un rumor de flores de viento.
Y el silencio después.
.
Alcalá de los Gazules

2 comentarios:

Mar dijo...

La mejor forma de no sentir ese silencio es aprender a disfrutar de el, solo entonces dejaras de sentirlo ;)

Besitosssssssss

josé rasero dijo...

A veces es bello el silencio, pero, como la soledad, a veces te ahoga, te deja indefenso. ¡Cuántas cosas nos quedan por aprender!