Hay una mujer.
Puedo oler su ostentación
de hembra y sudor,
su humedad completa.
Un paisaje quizás, qué importa,
un espacio lo enmarca todo.
Siempre hay miradas
y brisas
y horizontes
y manos que palpan.
El transcurrir y los cabellos,
la caricia y los gestos,
deslizarse y reir,
acontecer los días.
Aquel beso y el hábito. Sí.
.
El amor es un beso,
sólo uno
incrustado
que evocamos sin cesar
los amaneceres.
.
La palabra dice te amo, o lo pienso,
y el verbo se hace carne
y nuestros cuerpos palpados son tiempo
o experiencia.
Conocimiento y uso.
La destreza en el placer es quimérica y cierta.
.
Tocaremos ese color imposible del cielo -gritamos-,
tan tangible
ahora.
Viviremos -nos amamos-
unidos,
enlazados,
solidarios,
en un mundo prodigioso y compartido,
de espacios abiertos o siempre por abrir,
de cómplices espejos o enemigos,
y siluetas en proceso
incierto
junto al cuarto de aseo,
ventanas como huidas,
el sigilo de dos soledades,
teléfono de lluvias
y gastronomía humeante y familiar.
.
Construiremos nuestro lecho
sobre el beso único,
talismán de la creación,
con terraza incluida y colada al viento.
.
Brochazos
4 comentarios:
aisssss (a sido un suspiro) me gusta tu forma de escribir...
Besitossssssssss
Seguiremos en ello, Mar. ¡A escribir a toda vela! ¡Saludos!
Tus letras nadan en las espirales que multiplican el sentimiento.
Saludos!
¡Hola Eterna! Los sentimientos, sin son positivos, hay que multiplicarlos siempre. En eso estamos. ¡Besos!
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